Octavo básico

Continuidad y cambio en el mundo medieval


Al estudiar el extenso período denominado Edad Media, los investigadores reconocen el siglo XI como un momento crucial en la historia de
Occidente. Algunos incluso sostienen que fue entonces cuando tuvo lugar el auténtico comienzo de nuestra civilización occidental, una civilización que optó por constituirse en un mundo abierto, orientado hacia el crecimiento y con tendencias expansivas.
La importancia del siglo XI es que marcó un punto de inflexión en el desarrollo de Occidente y dio inicio a un período de transición en el cual se mantuvieron muchas características de los primeros siglos de la Edad Media, mientras paralelamente se fueron gestando nuevos procesos que impulsaron transformaciones en todos los ámbitos de la vida de la sociedad, los que al consolidarse, dieron paso a la Edad Moderna. La potencia creadora de la civilización occidental se manifestó entonces con fuerza, echando por tierra la idea, ya obsoleta, de una Edad Media oscura y retrasada.
En el período que se extiende desde el siglo XI hasta el siglo XV, es posible percibir múltiples elementos de continuidad y de cambio respecto del anterior. Ellos nos permiten comprender el lento tránsito de una época a otra y reconocer las raíces medievales del mundo moderno. En esta etapa, a grandes rasgos, podemos señalar que:
• La sociedad siguió expuesta a las guerras, las epidemias y las hambrunas,
pero las invasiones se detuvieron, los europeos tomaron la iniciativa para avanzar sobre nuevos territorios, se redujo en parte la inseguridad y la población comenzó a aumentar apoyada por las mejoras en la agricultura y la ampliación del espacio cultivado. Eran los inicios de una expansión demográfica, económica y territorial.
• La población siguió habitando mayoritariamente en las áreas rurales y la agricultura y la ganadería continuaron siendo bases de la economía medieval, pero las actividades artesanales y comerciales comenzaron a crecer rápidamente, junto con el uso de la moneda y de nuevas prácticas económicas, estimulando la vida urbana. En esta etapa, se consolidó la ciudad medieval (diferente de la ciudad grecorromana), que fue el ámbito donde se desenvolvieron los principales cambios.
• La sociedad medieval siguió siendo estamental y mantuvo su esquema  tripartito (el clero, la nobleza y el campesinado), pero en las ciudades se fue conformado un grupo social diferente –la burguesía– que si bien quedó incorporado al llamado tercer estado, junto tiempo, el dinero, el trabajo, la familia y la educación coexistieron, eso sí, durante siglos, con los modelos aristocráticos que se mantuvieron con vigor.
El crecimiento sostenido que se venía manifestando desde el siglo XI y que llegó a su punto máximo en el siglo XIII, se vio bruscamente interrumpido en el siglo XIV por una serie de calamidades, la peor de las cuales fue la peste negra. La enfermedad, el hambre, las guerras y los conflictos sociales, marcaron la crisis de este siglo y produjeron la decadencia de las estructuras del mundo medieval que
ya se habían debilitado. Cuando en el siglo XV se inició la recuperación, el mundo moderno que se venía gestando desde hacía siglos, pudo irrumpir con toda su fuerza.


Actividades

1. Basándote en los contenidos presentados, establece un elemento de continuidad y un elemento
de cambio en cinco ámbitos de la vida de la sociedad medieval entre los siglos XI y XV.

2. ¿A qué se hace referencia con las expresiones “raíces medievales del mundo moderno” y
“lenta transición del mundo medieval al moderno”?
El inicio de la expansión en Occidente
A partir del siglo XI, finalizadas las invasiones de normandos, húngaros y sarracenos, y paralelamente al desarrollo del sistema feudal, Europa comenzó a experimentar de manera paulatina, ciertos cambios que significaron un crecimiento demográfico y económico, surgiendo además tendencias hacia una expansión territorial.

Una revolución en la agricultura

Uno de los procesos más significativos experimentados por la sociedad fue el aumento sostenido de la población. El crecimiento demográfico fue resultado de una disminución de la mortalidad, fenómeno estrechamente vinculado a una mejor alimentación. Esta fue posible gracias a un incremento en la producción de alimentos, el que se explica, a su vez, por importantes cambios que se produjeron en la actividad agrícola.
Entre los principales elementos que significaron una “revolución” en la agricultura se cuentan:
• La introducción de adelantos técnicos, como el arado normando, los nuevos sistemas de enganche animal y el uso de molinos de viento y agua.
• La implementación del sistema de rotación trienal, con el cual se cultivaban cada año dos tercios de un terreno, en reemplazo del sistema bienal en que la mitad del terreno se cultivaba y el resto quedaba en descanso o barbecho. Se iba rotando el uso que se daba a cada tercio.
• La roturación a gran escala, proceso que significó dedicar al cultivo grandes superficies de tierras improductivas o destinadas a otros usos.
Esto se hizo principalmente a través del desmonte o eliminación de bosques. El desmonte favoreció una mayor producción, pero cambió el paisaje europeo para siempre. En el norte de Europa también se desecaron pantanos y en Flandes y Dinamarca se construyeron diques para hacer retroceder el mar.


Actividad

¿Qué relación existió entre el uso del arado romano y el arado normando con las condiciones

medioambientales en el norte y sur de Europa?

¿De qué formas se ganaron tierras para el cultivo en el norte de Europa? ¿Qué consecuencias

medioambientales crees que tuvo este proceso?

El renacimiento urbano: la ciudad medieval

La vida urbana había sufrido un retroceso en los primeros siglos medievales, pero eso no significa que las ciudades hubieran desaparecido.
Muchas habían perdurado, especialmente aquellas donde residían obispos, soberanos o sus representantes (condes, duques y marqueses). Con una población menor y una superficie más reducida, ya no tenían el mismo ajetreo y movimiento de los tiempos romanos. Sin embargo, seguían siendo lugares donde acudían mercaderes que viajaban transportando productos como la sal, el hierro y artículos de lujo que demandaban los más ricos
y que llegaban a Europa a través de comerciantes árabes y bizantinos.


El origen del renacer urbano
Desde mediados del siglo XI, en un mundo mayoritariamente rural, las ciudades comenzaron a crecer y surgieron cientos de nuevas ciudades. Esto fue posible gracias a:

• Los excedentes alimenticios, que permitían nutrir los mercados y abastecer a una población que se podía dedicar a tareas no agrícolas, como es el caso de quienes habitan en una ciudad.
• El crecimiento demográfico, que hacía posible contar con una población dispuesta a dejar el campo y buscar oportunidades en la ciudad.
• Las iniciativas de algunos reyes y señores feudales, tanto laicos como eclesiásticos, que propiciaron la instalación de mercados y de población dedicada a la artesanía en la proximidad de monasterios, castillos, etc.
• El aumento de la producción artesanal y del comercio, estimulado por la mayor demanda de productos y el amparo que se daba a los mercaderes.

Hubo ciudades que crecieron al formarse, junto a sus murallas, barrios exteriores (suburbios) dedicados a la actividad artesanal y mercantil. También surgieron nuevas ciudades en torno a abadías, castillos o fortalezas, siempre en relación con el comercio y el trabajo artesanal. Como muchas ciudades se desarrollaron al lado de lugares fortificados, llamados “burgos” en lengua germana, sus habitantes terminaron por recibir la denominación de burgueses.
El auge del comercio provocó por sí mismo el nacimiento de ciudades cerca de los ríos, en puertos y en la confluencia de rutas, lugares donde funcionaban mercados o se desarrollaban ferias.



¿Cómo eran las ciudades medievales?

Desde lejos las ciudades podían parecer grandes fortalezas. Estaban rodeadas de murallas y para entrar era necesario traspasar sus puertas o sus puentes levadizos, los cuales se cerraban de noche y habitualmente contaban con guardias que se turnaban en la vigilancia. En algunas ciudades se ponían también cadenas a través del río para evitar sorpresas de ladrones o enemigos que llegaran siguiendo la corriente. Al interior de la ciudad
destacaban algunas edificaciones por su altura: las torres de los castillos, los campanarios de las iglesias, las suntuosas residencias de los más ricos y los tejados de las casas que, sobre todo a partir del siglo XIII, solían edificarse de varios pisos debido a la falta de espacio.
Cuando las ciudades organizaron su gobierno municipal, destacó el edificio comunal, así como las grandes catedrales que se construyeron en los siglos siguientes.

Las calles de la ciudad solían ser estrechas, sinuosas y sin aceras. Algunas estaban empedradas, pero la mayoría eran de tierra, lo que las convertía en polvorientas en las épocas secas y en fangosas en las épocas lluviosas. La suciedad era bastante generalizada; si existía algún sistema de desagüe cubierto, este era muy limitado o deficiente, los desperdicios y los orinales se arrojaban a las calles, y por ellas circulaban perros, gatos, gallinas y hasta cerdos.Hasta muy avanzada la Edad Media, la madera fue el principal material de construcción de las casas, que solían estar adosadas unas a otras, situación fatal en caso de incendio.
Las ciudades tenían numerosas plazas y plazuelas. La vida social se realizaba en las calles y estas se animaban de día con el ajetreo de los vecinos, los vendedores ambulantes, los anunciantes de avisos públicos, el sonido de carruajes y caballos, etc. El lugar más concurrido solía ser el mercado, así como el puerto en aquellas urbes que se ubicaban en la confluencia de vías fluviales o marítimas. La animación del día contrastaba con la noche, en que reinaba el silencio y la oscuridad. Las calles no contaban con alumbrado público y los ciudadanos se turnaban haciendo guardia y patrullando con antorchas.



El desarrollo económico y la sociedad urbana
y los alimentos que llegaban de los campos, traídos por los mismos productores o los mercaderes que los transportaban.

La actividad artesanal y el comercio en la ciudad


En la ciudad, gran parte de sus habitantes se dedicaba a diversos oficios que podían consistir en fabricar productos o prestar servicios. Los más usuales eran los de tejedor, sastre, curtidor, zapatero, herrero, carpintero, albañil y tonelero. Había además panaderos, carniceros, barberos, boticarios, etc. Los artesanos trabajaban en talleres situados
en sus propias viviendas, uno de cuyos sectores se abría hacia la calle, como una tienda, para vender sus productos.

Entre las actividades artesanales, la fabricación de paños finos fue destacando por su creciente complejidad e importancia. Estas telas eran muy apreciadas por las clases más adineradas, incluso de otros continentes, y su elaboración incluía diversas etapas y requería
de mayores espacios. Por ello, se hizo habitual en esta actividad una creciente división del trabajo, a diferencia de lo que ocurría con los demás artesanos que elaboraban el producto completo en sus talleres.
Desde muy temprano, quienes ejercían un mismo oficio tendieron a agruparse para protegerse mutuamente, surgiendo corporaciones denominadas gremios. Las primeras asociaciones fueron formadas por comerciantes que se organizaron para viajar en caravanas, de modo de minimizar los riesgos que existían en los caminos y enfrentar los pagos que debían hacer a los nobles por cuyas tierras pasaban. Los artesanos siguieron el ejemplo y así fueron surgiendo tantos gremios como oficios había en la ciudad.
Los gremios promovían la solidaridad y ayuda mutua entre sus miembros (reunían fondos, por ejemplo, para socorrer a quien estuviera en dificultades) y solían colocarse bajo la protección de un santo patrono, si bien su función principal era regular la actividad económica que los unía. Buscaban asegurar la buena calidad de los productos y evitar una competencia que pudiera perjudicar a los asociados.

Quien no perteneciera a un gremio no podía ejercer su oficio ni vender sus productos en la
ciudad, prohibición que estuvo respaldada por las autoridades locales. Las reglas del gremio eran muy estrictas y había inspectores que vigilaban su cumplimiento. A través de la reglamentación:
• Se señalaba el número de trabajadores, utensilios y productos a elaborar en los talleres.
• Se fijaban los horarios de trabajo, el precio de los productos y el monto de los salarios.
• Se exigía trabajar a la vista del público y el uso de técnicas idénticas para todos.
• Se prohibía cualquier forma de promocionar un producto.

Había trabajadores de tres categorías:
• Maestros: tenían autorización para ejercer su oficio. Eran dueños de los talleres y podían
vender sus productos. Para acceder a esta categoría era necesario aprobar un examen frente a las autoridades del gremio y, en algunos casos, presentar una obra maestra que acreditara su competencia.

• Oficiales: ayudaban al maestro en su labor, por lo cual recibían una paga, pero no podían
trabajar por su cuenta ni vender productos hasta alcanzar la maestría.

• Aprendices: vivían en casa del maestro y se dedicaban a aprender el oficio, tanto tiempo como fuera necesario.

Actividad

¿Cómo se abastecía una ciudad medieval? ¿Cómo se abastece la localidad donde tú vives?

¿Qué particularidades presentaba la fabricación de paños finos en algunas ciudades?

¿Qué se entiende actualmente por un gremio?

¿En qué oficios de los mencionados crees que participaban más las mujeres?

Compara una vivienda actual con la que aparece en la imagen.


El comercio a larga distancia
La reactivación económica también se manifestó en el comercio a larga distancia, dentro y fuera de Europa. Las ciudades más florecientes fueron aquellas que lograron generar una industria importante o ser puntos estratégicos de las rutas comerciales, destacando regiones como Italia del norte, Alemania del norte, Flandes y Francia del noreste.

Las nuevas prácticas económicas
La reactivación del comercio hizo indispensable el uso de la moneda, cuya circulación fue aumentando cada vez más. La extremada variedad de monedas hizo necesaria la intervención de  los cambistas, cada vez más presentes en las ciudades.
Su actividad
pronto se amplió a aceptar depósitos de dinero que ellos se encargaban de rentabilizar en préstamos e inversiones. Fue el origen de los banqueros, denominados así por el banco o pequeña mesa en que iniciaron sus negocios. Los bancos de las principales ciudades europeas llegaron a estar conectados entre sí. Otras prácticas económicas originadas en la actividad comercial fueron el uso de libros de contabilidad, la contratación de seguros para las mercancías en viaje, el préstamo a interés, la creación de la letra de cambio y la formación de contratos o sociedades en que las personas participaban de un
negocio aportando capital, trabajo o ambas cosas a la vez, quedando estipulado en un contrato la forma de repartir los beneficios.

Actividad

¿Cuáles eran las dos grandes áreas del comercio marítimo en Europa y quiénes las controlaban?

¿Cuáles eran los dos grandes centros industriales y comerciales de Europa? ¿Cómo se conectaban entre sí?

La sociedad urbana y el gobierno municipal

Durante la segunda mitad de la Edad Media, la sociedad mantuvo una estructura estamental y su carácter rural. Era una minoría la que habitaba en las ciudades, si bien su población fue creciendo. Allí residían miembros de los estamentos privilegiados, como los obispos y parte del clero secular, así como algunos nobles que abandonaron sus fríos castillos y se instalaron en los centros urbanos donde construyeron lujosos palacios.
Pero la mayor parte de la población urbana estaba constituida por el grupo de los burgueses, denominación que designaba a quienes vivían en la ciudad y no pertenecían a los estamentos privilegiados, como era el caso de los comerciantes y de los artesanos, entre otros.
Los burgueses se consideraban diferentes a los campesinos por su forma de vida y, sobre todo, por un sentimiento de mayor libertad al no estar ligados por lazos de dependencia personal con un señor feudal. Esta situación era resultado de una evolución que se dio con diversas modalidades en las diferentes regiones de Europa.
Las ciudades no habían escapado de la dinámica feudal, ya que al ubicarse en dominios de un señor (rey, noble, obispo o abad) le debían obligaciones.
Pero hubo señores que se dieron cuenta, desde muy temprano, de la ventaja que significaba conceder a los burgueses las libertades económicas que demandaban y facilitar el comercio, pues podían beneficiarse con el cobro de algunos impuestos que gravaban el tráfico e intercambio de mercancías. Los burgueses negociaron con los señores en forma colectiva y para ello se asociaron formando la comuna. Además de libertad económica, les interesaba obtener mayor autonomía para organizarse, resolver los problemas de la ciudad, asegurar la paz y evitar los abusos de los señores que perjudicaban a los ciudadanos y a la actividad mercantil.
Hubo monarcas, así como señores laicos y eclesiásticos, que acogieron estas demandas y otorgaron cartas o fueros concediendo libertades y privilegios a una sociedad urbana, muchas veces, tras haber alcanzado un acuerdo económico. En algunos lugares, los señores se resistieron a las demandas de los burgueses, quienes debieron luchar para alcanzarlas.
El resultado fue que muchas ciudades se organizaron por medio de un gobierno municipal. Este contaba con una asamblea, la cual elegía representantes que formaban el Concejo o Consulado, máximo órgano ejecutivo de la ciudad. El número de concejales o cónsules variaba de un lugar a otro. El gobierno municipal debía preocuparse de las finanzas y del abastecimiento de la ciudad, de la inspección de las murallas, reparación de caminos, fundación de servicios de beneficencia, así como de sostener la milicia comunal.
La justicia era administrada por un tribunal independiente.
A medida que la economía evolucionaba, se agudizaban las diferencias entre los burgueses en cuanto a la posesión de bienes. Esto influyó, entre otras cosas, en el gobierno de la ciudad. Los grandes comerciantes, empresarios y banqueros habían amasado fortunas y vivían en enormes casas o palacios. Con el tiempo, este grupo adinerado se reservó para sí el título de burguesía que antes se aplicara a los habitantes de una ciudad. Su riqueza, a diferencia de la nobleza, no estaba ligada a la tierra, pero la alta posición alcanzada los hizo ser bien considerados por algunos nobles y, en conjunto, llegaron a dominar la vida de las ciudades, monopolizando los cargos políticos.
En un nivel medio estaban los artesanos y pequeños comerciantes, cuya participación política fue cada vez menor. En el más bajo, los empleados de los talleres, los criados de los ricos y quienes realizaban oficios menores.
Las ciudades del centro y norte de Italia fueron las que alcanzaron mayor autonomía. A partir del siglo XII extendieron su dominio sobre los territorios de los alrededores y se organizaron como repúblicas.

Actividad

¿Qué diferencias existían entre los burgueses y los campesinos respecto a las libertades?
¿Qué eran las comunas y cuáles eran, en general, sus objetivos?


La aventura intelectual: las universidades

En los primeros siglos medievales la cultura había sido un privilegio casi exclusivo del clero. Los monasterios eran los principales centros culturales, con sus bibliotecas donde se copiaban documentos y sus escuelas
que formaban a los futuros monjes e instruí n a algunos jóvenes de la nobleza. También había escuelas en las catedrales para los aspirantes al clero secular. Con el incremento de la vida urbana aumentaron las escuelas catedralicias y municipales, donde muchos burgueses enviaban a sus hijos para que tuvieran una preparación intelectual que les permitiera
progresar en sus actividades.

La instrucción comenzó a experimentar cambios en las escuelas urbanas, con la introducción de nuevas materias y métodos de enseñanza. Los precursores de estos cambios fueron una serie de maestros –todos ellos miembros del clero– que tuvieron contacto con centros culturales árabes, como Córdoba y Toledo, donde pudieron acceder a las obras de los antiguos griegos que habían sido traducidas al latín. Pudieron también imbuirse del espíritu inquisitivo de los árabes y de un método de conocimiento
que privilegiaba la observación y la experiencia por sobre la tradición.
Algunas ciudades se hicieron célebres por alguna materia:
París por la filosofía, Bolonia por el derecho, Montepellier por la medicina. En 1215 se creó en París la primera universidad. A lo largo del siglo XIII se crearon muchas otras en las diversas ciudades europeas. Las universidades surgieron como asociaciones o corporaciones de maestros y estudiantes que buscaban la mayor autonomía posible, desligándose de los poderes episcopales o municipales de que habían dependido. En todas se hablaba el latín, el instrumento fundamental de trabajo era el libro y el método descansaba en el comentario y discusión de textos.

Nuevas órdenes religiosas en la ciudad
La ciudad tenía muchos contrastes. La vida cultural florecía en escuelas y universidades, mientras la Iglesia reaccionaba con violencia frente a las ideas que cuestionaban sus enseñanzas; las grandes catedrales exhibían la riqueza urbana, mientras la miseria se instalaba en los barrios más apartados.
En el siglo XIII surgieron nuevas órdenes religiosas cuyos miembros buscaban seguir el ejemplo de Cristo, viviendo con los menos favorecidos y siendo pobres entre los pobres. Renunciaban a sus bienes materiales y vivían de la limosna, mendigando el pan o trabajando para obtenerlo. Se denominaron órdenes mendicantes, y a sus miembros, frailes. Cuando se les obligó a vivir en conventos, los construyeron en los suburbios para hacer su apostolado entre los pobres y enfermos de la ciudad. Las dos principales órdenes mendicantes fueron fundadas por el italiano Francisco de Asís, los franciscanos, y por el español Domingo de Guzmán, los dominicos. Las órdenes mendicantes se extendieron con rapidez y también se crearon conventos femeninos, como los de las clarisas, orden fundada por Clara, discípula de San Francisco.
Los frailes también se interesaron por la predicación, de modo de estimular la devoción de las personas, así como combatir la herejía, es decir, toda postura que se apartara de la doctrina de la Iglesia Católica.
Para ello tuvieron que adquirir una sólida instrucción en las escuelas urbanas y universidades. El más importante teólogo del siglo XIII fue el dominico Tomás de Aquino.

La lucha contra la herejía: la Inquisición
En la visión de la época, la herejía era una enfermedad contagiosa que destruía el alma de las personas. Por ello había que proteger a la sociedad y, si se consideraba necesario, terminar con el hereje, condenándolo a morir en la hoguera. Desde el siglo XII existieron inquisidores que investigaban y juzgaban los posibles casos de herejía.
En 1231, el Papa Gregorio IX dispuso que el Tribunal de la Inquisición estuviera formado por inquisidores directamente dependientes del Papado.
Debían identificar a los sospechosos de ser herejes, disidentes de la fe católica, investigarlos y juzgarlos, castigándolos si después de determinar su culpabilidad no aceptaban retractarse de sus ideas. Los castigos propuestos por la Inquisición eran ejecutados por la justicia civil.


La Iglesia Católica, el arte y la cultura urbana

La Iglesia Católica, institución fundamental durante la Edad Media, mantuvo durante todo este período su clara hegemonía en el plano religioso y en el cultural. Ocupó un lugar preponderante en las ciudades, debiendo responder a las nuevas necesidades urbanas y a los desafíos que planteaban los cambios de mentalidad que se estaban gestando.

Los grandes monumentos de la fe
Una de las transformaciones acaecidas a partir del siglo XI, y que alcanzó su auge en el siglo XIII, fue el progreso experimentado por la construcción, especialmente de iglesias. En Europa se edificaron cientos de ellas, tanto en las sedes episcopales –las catedrales– como en los monasterios.
Otras tantas fueron reconstruidas para embellecerlas.

Desde el siglo XI se impuso en la arquitectura el estilo románico que tuvo su máxima expresión en las iglesias de los monasterios. Tomando algunos de sus elementos e innovando en otros, a principios del siglo XII surgió un nuevo estilo arquitectónico, el gótico, cuya primera manifestación fue la reconstrucción de la iglesia de Saint Denis, muy próxima a París.
El estilo gótico predominó en la construcción de las grandes catedrales de las ciudades. Eran muy amplias para acoger a la creciente población urbana, ocupaban un lugar central y destacaban además por su altura, todo lo cual reflejaba la importancia de la fe y de la Iglesia en la ciudad.
Promovidas por el obispo, estas monumentales obras no habrían sido posibles sin la contribución económica de los burgueses, las riquezas de las ciudades y la enorme capacidad técnica de una gran variedad de artesanos.
La catedral era el símbolo y centro espiritual de la ciudad. Su construcción demoraba decenas de años en una tarea que involucraba a toda la comunidad y a varias generaciones. Se embellecieron con esculturas, pinturas y hermosos vitrales de colores, cuyas imágenes instruían a los fieles en las verdades de la fe y en los episodios de la Biblia.

Las transformaciones políticas

El panorama político de Europa en la segunda mitad del período medieval era complejo y diverso.
Aún perduraba el ideal de la unidad de la Cristiandad, que estaba representado por una parte por el Papa, encabezando la jerarquía de sacerdotes y religiosos, y por otra parte por el Emperador, con su pretensión de encabezar la jerarquía de los reyes, los nobles y las comunas. Este ideal de una autoridad universal rigiendo la comunidad de los pueblos cristianos no llevó a ninguna unificación política e incluso fue echada p sí por conseguir el dominium mundi, el dominio universal.
En la práctica, lo que existía era una atomización del poder político, es decir, el poder estaba en manos de pequeñas unidades representadas, por una parte, por los señores feudales, y por otra parte, por las ciudades con sus gobiernos municipales. Ambos tipos de unidades representaban modelos en cierto modo antagónicos por su tipo de organización, sus intereses económicos, su estructura social y su mentalidad.
Entre el ideal de la autoridad universal y la realidad de una fragmentación excesiva del poder político, existía un nivel intermedio que iría adquiriendo cada vez mayor fuerza: los reyes y sus reinos. En algunos territorios de Europa, especialmente en el sector occidental, comenzaría el paulatino fortalecimiento de las monarquías.
Los reyes fueron aumentado su poder efectivo a través de las relaciones que establecieron con los diferentes estamentos y aprovechando las circunstancias que les fueron favorables.
• El poder de los reyes se veía disminuido por el poder efectivo que habían alcanzado los señores feudales, pero un rey tenía la ventaja de pertenecer al mundo feudal y, más aún, de ocupar el lugar más alto de la jerarquía, de modo que en algún momento propicio podía exigir la obediencia de los grandes señores que le debían fidelidad. En muchos casos esto se logró mediante conflictos bélicos, que permitieron a los reyes aumentar el territorio
sobre el cual ejercían su dominio.

• Los reyes se presentaron como protectores y defensores de la Iglesia y esta tendió a favorecerlos. Se hizo habitual que los reyes fueran consagrados en una ceremonia de carácter religioso, lo cual los legitimaba, colocándolos sobre los señores feudales y los demás habitantes del reino.
• Para la burguesía, muchas veces los reyes aparecían como sus aliados en los conflictos que los enfrentaban con los grandes señores. A los burgueses les interesaba la existencia
de una autoridad que garantizara la paz y que favoreciera la actividad comercial, liberándola de las trabas que imponían los señores feudales. Por eso fue habitual que apoyaran con su dinero a los reyes y les permitieran financiar sus ejércitos
y funcionarios.
• Los reyes muchas veces mediaron en los conflictos que enfrentaban a distintas fuerzas sociales, con lo cual iban aumentando su prestigio y su influencia. El derecho romano comenzó a ser recuperado en las universidades, lo que tuvo una doble consecuencia: se fue implantando el derecho escrito, desplazando a los señores feudales en la administración de justicia y lentamente se impuso la doctrina según la cual era el rey quien tenía en su territorio la facultad de gobernar, legislar y administrar justicia.

Crisis y cambio en el fin de una época

El crecimiento y expansión que vivía Europa desde el siglo XI fue interrumpido en el siglo XIV por una crisis que abarcó distintos ámbitos de la sociedad medieval:

• El hambre y la peste: a partir de 1318 hubo una sucesión de malas cosechas, probablemente debido a un período de bajas temperaturas, lo cual provocó una gran escasez de alimentos, principalmente de cereales. Fue un duro período de hambrunas que provocó muchas muertes y debilitó a la población en general. Esta población, ya debilitada, fue azotada por una terrible epidemia. En las bodegas de los barcos que transportaban trigo desde Oriente hacia Europa, llegaron ratas que alojaban pulgas portadoras del bacilo de la peste bubónica, también llamada "peste negra". La picadura de pulga en los seres humanos propagó la enfermedad, transformándose en una epidemia que se expandió rápidamente desde el año 1348, especialmente por las ciudades, causando una mortandad de enormes proporciones.

• Crisis económica y social: la dramática disminución de la población, con la consecuente falta de trabajadores, acentuó la escasez de productos. La disponibilidad de alimentos en los campos fue menor y, por lo mismo, se redujeron las rentas de los señores y aumentó la miseria campesina. Las exigencias desmedidas de los señores provocaron en algunos lugares sublevaciones de campesinos que fueron duramente reprimidas. En las ciudades también hubo conflictos por la disminución de la producción y del comercio, y por el alza de los precios. Se agudizaron las tensiones entre los más pobres y los sectores más ricos de la ciudad, lo que desembocó en algunas revueltas urbanas.

• Guerras constantes: en gran parte de Europa la crítica situación que se vivía fue agravada por las guerras. El conflicto más duradero fue protagonizado por los reinos de Francia e Inglaterra, con interrupciones, entre los años 1337 y 1453, en la llamada Guerra de los Cien Años. Las guerras de este período debilitaron aún más a los señores feudales y fortalecieron el poder de los reyes, los cuales, además, incorporaron el uso de la artillería.

• Problemas de la Iglesia Católica: al interior de la Iglesia existía un sentimiento de crisis. Los fieles percibían, sobre todo en los altos dignatarios, un relajamiento moral y un mayor interés por los asuntos políticos y económicos que por la labor pastoral. La figura del Papa se había debilitado y desprestigiado. A comienzos del siglo XIV, a instancias del rey de Francia, un arzobispo francés fue elegido Papa, Clemente V, y trasladó su residencia a  Avignon. En esa ciudad francesa residieron los pontífices durante 64 años hasta que Gregorio XI regresó a Roma en 1377. Al año siguiente murió y fue elegido Papa un italiano, Urbano VI, pero los cardenales franceses nombraron a otro, Clemente VI, quien se trasladó a Avignon. Esta división de la Cristiandad, en que unos pueblos obedecían al Papa de Avignon y otros al de Roma, se ha denominado Cisma de Occidente.
La situación se resolvió en 1417, en el Concilio de Constanza, con la elección del Papa Martín V, quien volvió a residir en Roma.
Durante el siglo XIV, además de las crisis ya mencionadas, se fue verificando una serie de cambios que marcarían las tendencias de la nueva época que se venía gestando. Entre ellos, se pueden reconocer los siguientes:

• La crisis de la Iglesia Católica iba más allá de los problemas que había experimentado el papado y comenzaron a manifestarse en su interior, cada vez con mayor énfasis, las exigencias de una reforma.

• Mientras las monarquías seguían fortaleciéndose, el emperador del Sacro Imperio Germánico iba perdiendo poder, más aún cuando, a mediados del siglo XIV, la corona imperial se hizo electiva. Este debilitamiento favoreció el poder de los príncipes laicos y eclesiásticos que dominaban los múltiples territorios del imperio y permitió el desarrollo más independiente de las ciudades comerciales alemanas, las que agrupadas en la Hansa, controlaron el comercio del mar del Norte y el Báltico. La Hansa llegó a contar con más de 70 ciudades y fue liderada por la ciudad de Lübeck.

• Las ciudades italianas continuaron en su senda de progreso, pero el comercio mediterráneo se vio dificultado por el avance turco en Asia
Menor. Los europeos ya no tenían el acceso a Asia que habían tenido en el siglo XIII y comenzaron los intentos de encontrar nuevasrutas comerciales al Oriente, concentrándose los esfuerzos en la navegación por el océano Atlántico. Estos viajes se vieron favorecidos por la introducción de adelantos técnicos como la brújula, el astrolabio y los portulanos.

• La cultura comenzaba a secularizarse. La recuperación del saber clásico despertó, en una elite intelectual, el interés por el estudio de los antiguos autores griegos y romanos, sentándose las bases del movimiento denominado Humanismo. Entre sus precursores destacaron Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Bocaccio, autores italianos que escribieron en lengua vernácula y comenzaron a poner de relieve temas humanos.




Edad media from Luis Silva


Cuestionario Edad Media


1.     ¿Dónde se sitúa geográficamente el período estudiado (baja Edad Media)?, ¿en qué contextos geográficos habitaba la población?

2.     Describe las características de la baja Edad Media, considerando los aspectos humanos, económicos, sociales y políticos.

3.     ¿Qué es un burgo?, ¿qué características tuvieron a fines de la Edad Media?

4.     ¿Qué privilegios políticos podían obtener los habitantes de un burgo?, ¿por qué?

5.     ¿Cuál fue la finalidad que tuvo la alianza entre la monarquía y los burgueses a fines de la Edad Media?

6.     ¿Cuáles crees que habrán sido las ventajas y desventajas de vivir en los espacios rurales a fines de la Edad Media?, ¿ha cambiado esa situación en la actualidad?

7.     ¿Cuáles crees que habrán sido las ventajas y desventajas de vivir en los espacios urbanos a fines de la Edad Media?, ¿ha cambiado esa situación en la actualidad

8.     ¿Por qué muchas de las ciudades de fines de la Edad Media eran amuralladas?

9.     ¿En qué consistió la revolución del año 1000?

10.  Respecto de la situación de la nobleza a fines de la Edad Media, ¿cuáles fueron los elementos de continuidad y cambio en relación con el resto de la Edad Media?

11.  ¿Cuáles eran los principales productos del intercambio comercial a fines de la Edad Media?, ¿con qué actividades económicas los puedes vincular?
12.  ¿Cuáles fueron las principales rutas de intercambio a fines de la Edad Media?

13.  ¿Qué significa “acumulación económica”?, ¿cuál era su finalidad a fines de la Edad Media?

14.  ¿Qué características tuvo el capitalismo a fines de la Edad Media?, ¿cómo se relaciona con la burguesía?

15.  ¿En qué situación social y económica se encontraban los burgueses y artesanos a fines de la Edad Media?

16.  Existe una relación entre la arquitectura románica y gótica, y los espacios rurales y urbanos, respectivamente? Argumenta.

17.  ¿Quiénes podían acceder a educarse en las universidades medievales?, ¿cuál es tu opinión al respecto? Argumenta.

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